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Felicitamos a Lara Rosso, Ganadora de la “Beca Dr. Adolfo Calle” y a Ana Gelblung por mención especial

Lara Rosso, recibió el aviso de que es la ganadora de la nueva edición de la Beca Dr. Adolfo Calle, un beneficio que diario Los Andes otorga a los estudiantes mendocinos desde 1954 y que consiste en un aporte económico durante los cinco años de la escuela secundaria. Asimismo Ana Gelblung, otra alumna de 1º año del DAD, recibió mención especial.

19 de marzo de 2018, 09:53.

imagen Felicitamos a Lara Rosso, Ganadora de la "Beca Dr. Adolfo Calle" y a Ana Gelblung por mención especial

Lara y Ana comenzaron la escuela secundaria en el Departamento de Aplicación Docente (DAD) de la Universidad Nacional de Cuyo, alumnas en primer año de este 2018.

¡Felicitamos a Lara y por la beca obtenida y a Ana por la mención especial!

Artículo completo Diario los Andes, AQUÍ.

 


El texto ganador

Cuando Luz nació se subió a su bicicleta. Alcanzó a ver a su mamá llorando y a su papá riendo mientras acariciaba su cabeza. Luego, hizo siete kilómetros y vio, de soslayo, cómo pintaba corazones verdes con las manos en la pared. Hizo diez kilómetros más y se vio a sí misma llorando frente al espejo, sosteniendo una revista con modelos. Siguió andando y vio cómo un alma intoxicada le gritaba cosas mientras rompía su vestido. Pero hizo algunos más y vio cómo una mente justa le acariciaba el pelo y limpiaba sus lágrimas, entendiendo sus temores. Al mismo tiempo, otra persona con más poder sentenciaba al alma que la hizo tocar fondo. Pedaleó y pedaleó. Observó cómo su vientre se inflaba como una piñata y cómo, luego, ésta se deshacía liberando azúcar y chupetines, mientras ella y la mente justa repetían las mismas acciones de sus padres. Siguió andando. Sonrió al ver cómo el azúcar y los chupetines dejaban sus envoltorios. Hizo alrededor de veinte kilómetros más hasta que sus pulsaciones se hicieron enormes y su respiración se agitó, pero siguió andando. Ya sus piernas temblaban y sus ojos se le cerraban. Entonces gritó y se cayó de la bici. En el asfalto, imágenes se proyectaban en sus ojos. Todos los errores que cometió, todas las veces que quiso correr y no parar, Luz sintió que no podía seguir pedaleando. Se vio a sí misma pintando corazones verdes. A su mamá, diciéndole: "Después limpiá, Luz, que si eso queda ahí, no vas a tener lugar para pintar más". Ahí entendió que no fue una caída en la bici. Fue un corazón que le faltó limpiar.

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