Una semana de pruebas y experimentos vivieron cerca de 260 estudiantes de escuelas primarias y secundarias del País al participar en una nueva edición de la Olimpíada Argentina de Ciencias Junior (OACJ), un certamen que impulsa la UNCUYO para despertar vocaciones científicas tempranas.
Este año participaron estudiantes de escuelas de 18 provincias, acompañados de 80 profesores que incentivan en ellos el amor por la ciencia. El certamen se dividió en dos niveles, el primero para chicos de entre 10 y 12 años, y el segundo para jóvenes de entre 12 y 16 años. Además de las pruebas experimentales y las teóricas de opción múltiple y de resolución de problemas, los chicos compartieron una serie de actividades recreativas y artísticas.
En esta edición, el estudiante del Departamento de Aplicación Docente (DAD) de la UNCUYO, Federico Pereyra obtuvo el primer premio en el nivel 2 de la competencia. Compartió ese lugar con Juan Pablo García, de la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento de San Juan; Gastón Dávalos, del Instituto Politécnico Superior General San Martín de Santa Fe; y Emanuel Herrador, del Colegio Nacional de Monserrat de Córdoba. A su vez, Federico Pereyra también se alzó con el premio a la Mejor Prueba Teórica. Mientras que Emanuel Herrador y José Fontana Ferrini se quedaron con el premio a la Mejor Prueba Experimental.
Y en el nivel 1 los ganadores fueron María Milagros Bellene Ardito y María Macarena Gamarra Hapón del Colegio San Jorge de Mendoza; Bautista Benítez Versalli y Diego Lavadarda Martín del Instituto Marista Chajari La Inmaculada de Entre Ríos; y Luisina Malatini y Julia López del Instituto Técnico Adrián Urquía, de Córdoba. Estas dos últimas también recibieron el premio a la Mejor Prueba Experimental.
La OACJ es una competencia intelectual donde los chicos ponen en juego un conjunto de capacidades para resolver problemas, tanto de índole teórico como experimental. Es una actividad científica extraescolar voluntaria que no busca como fin la competencia, sino promocionar las ciencias y dotarlas de un contenido lúdico. Es un programa que financian el Ministerio de Educación de la Nación y la UNCUYO, con el auspicio, en esta edición, de la Cátedra Unesco.
La premiación
La Olimpíada Argentina de Ciencias Junior se realizó -como en años anteriores- en el Hotel Savoia, en Guaymallén. En el cierre se entregaron los premios y menciones de honor y, además, se distinguieron los trabajos de seis chicos que participaron del Primer Concurso de Ensayos sobre Científicos Argentinos.
Encabezaron el acto la secretaria Académica de la UNCUYO, Dolores Lettelier, la integrante del programa Nacional de Olimpíadas, Cristina Bustos; la vicedecana de la facultad de Educación, Jimena Erice; la secretaria Académica de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Florencia Tarabelli, y la directora del Centro Recreo y del Programa de Olimpíada Argentina de Ciencias Junior, Lilia Dubini.
En ese contexto, Dolores Lettelier destacó que la Olimpíada conlleva un enriquecimiento mutuo entre estudiantes y docentes. Por un lado, con la internacionalización del currículum, los estudiantes potencian sus habilidades sociales al intercambiar experiencias con pares. Y por otro, con la innovación pedagógica, los docentes realizan una actualización continua de los contenidos para poder acompañarlos en estas instancias.
La Secretaria además explicó que este tipo de actividad colabora para mejorar la articulación entre el nivel medio y el universitario. “Al despertar estas vocaciones científicas mejoramos el ingreso a algunas de las disciplinas que generan áreas de vacancia, como las Ingenierías y las Ciencias Naturales y Exactas”, enfatizó.
En tanto que Lilia Dubini se mostró entusiasmada de que “en los niños crezca el gusto por la ciencia”. En ese sentido, puntualizó que muchos de los chicos que pasaron por ediciones anteriores hoy en día “son personas que hacen ciencia, que investigan, que promueven el conocimiento y que por sobre todo divulgan lo que hacen, que es muy importante”.
La directora de la OACJ también ponderó el rol de los docentes en este proceso: “Ustedes son el alma mater de la Olimpíada, pero detrás de ustedes están sus profesores, recuérdenlo siempre. Todos estamos acá porque hubo alguien que nos motivó, nos ayudó y nos formó. Esto lo tenemos que llevar siempre en el corazón. Somos ya una familia de la Olimpíada”.
A su turno, Jimena Erice agradeció el esfuerzo enorme de los participantes y el equipo organizador. “Este año es un año es muy especial, porque la colaboración fue la palabra clave para hoy estar acá”. Además destacó el carácter federal del programa que permite “hacer un desarrollo de la ciencia a lo largo y a lo ancho de nuestro país”.
La Vicedecana también quiso resaltar la labor de Lilia Dubini, quien desde su fortaleza y su convencimiento “ha hecho y hace siempre que esto se produzca y pueda llevarse adelante”. Y cerró su discurso con una frase dirigida a los jóvenes: “La virtud y la grandeza nos pueden llevar por grandes caminos, hermosos caminos, seguramente difíciles, muy difíciles, pero que sería muy lindo poderlos recorrer”.
Por su parte Florencia Tarabelli felicitó a los participantes, por ser los grandes protagonistas y ejemplos de que un futuro mejor es posible. Aseguró que una sociedad más justa tiene como pilares la producción de conocimiento, la ciencia y la educación. “Nos llena de orgullo que tengan ganas de investigar el mundo, de descubrirlo, de experimentar, de jugar, de preguntarse por qué las cosas son como son, cómo se pueden transformar, cómo se pueden entender” afirmó.
Finalmente Cristina Bustos expresó su enorme satisfacción de estar presente en esta edición de la Olimpíada. En nombre del Ministerio de Educación y del programa Nacional de Olimpíadas agradeció la colaboración, el compromiso y el esfuerzo de todos: “Ha sido un año difícil, pero queremos que sigan, porque ustedes son lo más importante”.
Fue acompañafo por el Prof. tutor Patricio Girotti